El principal objetivo del láser capilar es trabajar sobre el folículo piloso, evitando el debilitamiento del mismo en su primera fase de crecimiento (fase anágena). Para entenderlo mejor, el folículo se ve afectado de forma directa, debilitándose de esta forma. Esto provoca inevitablemente un acortamiento de la fase Anágena (o más conocida como fase de crecimiento), es decir, el pelo está menos tiempo en crecimiento y cae prematuramente.
El objetivo del láser capilar es acelerar la mitosis o división celular, al tiempo que estimula la formación de capilares. Todo esto se traduce en una activación de la circulación sanguínea del cuero cabelludo, haciendo que el oxígeno y los nutrientes lleguen más rápida y fácilmente hasta la raíz del pelo. Además, enriquece, alimenta y protege al folículo piloso y, como resultado se reactiva el crecimiento del pelo y se frena su caída.
En resumen, podemos decir que el láser capilar ofrece 5 importantes beneficios:
- Aumenta el número de folículos porque estimula el crecimiento de nuevo pelo.
- Aumenta el diámetro o el grosor del pelo porque mejora la nutrición y oxigenación del folículo.
- Aumenta la media de densidad del cabello porque aumenta la duración de la fase anágena frente a la telógena o de caída.
- Elimina el exceso de grasa, caspa y toxinas del cuero cabelludo porque tiene un efecto antibacteriano.
- Estimula la producción de colágeno porque contrarresta la acción de los radicales libres responsables del envejecimiento capilar.